martes, 18 de agosto de 2009

De mis entrañas 1.2

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Para ser sincero, la cafetería era de instituto, uno nuevo para mí, y para continuar siéndolo, a partir de ese momento comencé a sentir calor, un intensísimo calor en el pecho que poco a poco intentaba conquistar las tierras glaciares de mi cuerpo. Entonces supe que era ella. No tenía dudas.
Por aquel entonces contaba con catorce años, un joven soñador y romántico que fantaseaba cada vez que la veía, que soñaba en hablarla, en besarla, en que lo miraba, aunque solo fuera de soslayo, le daba igual, necesitaba que lo hiciera, tal vez así, su corazón volvería a funcionar, a pesar de que nada más verla mostraba su bravura, tal vez así volvería a encontrar el aire para respirar, y volver a vivir, y volver a cuadrar todo el tiempo en su espacio.
Fue difícil, todo hay que decirlo, dificilísimo, pero no lo suficiente para mí, era un latido el que me impulsaba hacia ella, un roce, unas ansias de estar a su lado, una necesitad, era un sentimiento, mucho más que eso, cada día iba a más, y no tenía miedo de sentir, y no tenía miedo de sufrir, solo quería hacerlo sin importarme nada más, y amarla como nadie ha amado a otra persona, y que el mundo sintiera envidia si, envidia, porque estábamos unidos, porque no habría obstáculos insalvables, porque el mundo no estaba preparado para ello, para nosotros, porque nada ni nada podía evitarlo. Como ya he dicho, siempre he tenido la característica de fantasear romanticismo, belleza y amor verdadero para siempre, en la oscura realidad, y eso aumentaba cada vez más, a medida que avanzaba centímetro a centímetro a ella. Mi vida estaba cambiando por completo, me estabas salvando.
Y costó mucho, muchísimo… Muchos días luchando, mucha noches llorando en un rincón de mi habitación, me sentía raro, y con ello no me refiero a enamorado, que tampoco lo dudada; y me sentía así porque me veía diferente, en constante lucha contra una sociedad que se dedicaba a crear estereotipos, pero que no se asemejaban en mí en nada; quizás cada uno tuviera sus particularidades, sus diferencias, pero comparándoles conmigo, sentía que éramos blanco y negro, y entre ellos diferentes tonalidades de grises. Y me sentía raro, fuera de lugar, en una guerra constante con una sociedad que intentaba de arrancarme de un soplido mis principios, mi manera de ver las cosas, mi manera de ser, y convertirme en una fría pieza de alguno de sus engranajes.
Me daba miedo llorar en aquel rincón, y no porque tuviera miedo a mostrar lo que sentía, me daba miedo que alguien lo viera y enfatizaran en mis rarezas, que me separaran de una sociedad que aunque no entendía si necesitaba algunos aspectos de ella, simplemente por el hecho de que no había ninguna más. Me daba miedo darme cuenta que era más diferente de lo que pensaba, pero me asustaba más, descubrir al cabo de los años un ególatra que se siente especial.
Tenía miedo a luchar siempre solo contra todo, incluyendo con la propia soledad. Me hubiese gustado tener a un amigo a mi lado, no un compañero temporal del trayecto de la vida, si no un amigo, de esos que solo se cuentan con los dedos de una mano. Y tenerlo ahí, olvidando ser como los demás chicos y abriéndose un poco a mí, dejando atrás la competición de quien era el más hombre, o el mas adulto, y el faroleo de hasta donde había llegado con tal chica, o que sustancias ilegales estaba comenzado a consumir; y que me hubiese escuchado, y que me hubiese dicho “Tranquilo, que no se va a asustar de tu rareza”. Comencé a sentir algo de envidia de las mujeres, y de como se habían quedado siempre detrás de nosotros en todo, y nunca comprendimos, ni tal vez comprenderemos, que cuanto más se avanza, cuanto más se aprende, cuanto más se quiere, se olvida lo básico, lo instintivo, lo natural, lo humano y vamos derechos, cuesta abajo y sin frenos, a convertirnos en la razón de lo que creen otros mejor par nosotros, simplemente seremos muñecos que utilizaran a su antojo. Y entonces olvídate de la sensación de desprender las alas y volar que te da la libertad, de la ilusión de los deseos, de bailar desnudo bajo la lluvia sin que importe nada más, de saltarse los cánones sociales impuestos, de reir por el simple hecho de hacerlo, y sobretodo lo que es peor, olvidar lo que es el amor, y su locura, y que este no está sobrevalorado, y en el mismo momento en el que alguien lo piense, esa persona estará cometiendo el error más grande y más grave de su vida.
Aprendí a ser fuerte, a base de millares de batallas perdidas, y pude aproximarme a ella paso a paso, sin llegar a desmayarme; y me convertí en el sigiloso ladrón de guante blanco, el único que hace que cuando te des cuenta de lo que te han robado, es demasiado tarde, y solamente podrás asumir que estoy ahí, que he sido yo el que me lo he llevado. Ella me había robado lo más preciado, aunque no fuera consciente de ello, y yo tenía la necesidad vital de devolverle el golpe. Entonces, cuando ya no quisiera echar a correr, y solo entonces, le habría saber que a mí me había robado mucho antes.
Evidentemente me convertí en su amigo, locamente enamorado, pero su amigo, en su sombra… No era suficiente para mí, necesitaba mucho, pero debía seguir trabajando, arañando poco a poco la piel y adentrándome dentro de su alma. Tenía claro que no iba a utilizar todo lo que estuviera en mi mano, tal vez era idiota, tal vez si no fuera así hubiese declaro mi adicción a esa droga. Podría haberla engañado, hechizado, mostrar alguien que no soy, y se hubiese arrodillado a mis pies, pero solo hubiese creado humo, una careta, una ilusión, y todo ello tarde o temprano se esfuma, y rompe corazones, y tal vez sea el romanticismo, el amor, el instinto de protección o todo ello, pero hacerla daño era lo último que quería.
Y me enamoré mucho más enamorándola, lo sueños se hicieron realidad, y la realidad un sueño que no despertar, dos jóvenes amanes dispuestos a vivir el uno por el otro, a morir sin el otro, a protegerse, a luchar, a vaciarse… Eran dos ángeles sin cielo, que en la tierra se unieron hasta el fin.
Me llamo Pedro Camus y tengo diecinueve años y sigo siendo esa persona que por entonces fui, y quizás siga siendo raro, y quizás siga siendo ese romántico, pero sé que lo que soy, y de lo que me siento orgulloso de ser, con sus virtudes y sus defectos, es humano, y muchos no pueden decir lo mismo. Y hace cinco que vi a Judith por primera vez, instantes después me vio ella a mí. Hace dos años vivimos juntos, y a día de hoy sigo tan locamente enamorado o más de ella que aquel primer día.
Pero ese no es el verdadero motivo de este diario, y ya sé que habitualmente un diario sirve para explicar el día a día de la persona que lo escribe, pero en este caso no va a ser así. Y si te preguntas porque este día en particular empiezo a escribir en él, yo te respondo: porque hoy es uno de esos grandes y escasos momentos en los que la vida deja de ser como antes de ese momento era, para siempre, todo es diferente, completamente nuevo. Hoy Judith me dijo que desde hace algunas semanas es un cuerpo lleno de vida, tu madre me informó que te traía en camino, que voy a ser padre. Estoy tan feliz de ello.
Final Capítulo 1

12 volátiles plumas:

Farfalla Dimora dijo...

Un diario para su hijo... se presenta interesante.
Me ha encantado, como siempre, qué te voy a contar...

Pero me gustaría comentarte algo, hace tiempo me dijiste que si algo no me gustaba que por favor te lo dijera... y no es que no me guste, sino es que me pierdo.
Esto de publicar capítulos de varias historias a la vez a mi me vuelve un poco loca... jajaja porque me pasa que cuando leo un nuevo capítulo tengo que leerme por encima el anterior de esa misma historia (será que soy un pelín torpe). Claro que cada uno postea como quiere, y supongo que si escribes varias historias a la vez te gusta ir publicándolas todas, es normal. Pero yo, personalmente, te agradecería muchísimo que al principio de cada entrada pusieras el último párrafo del capítulo anterior, o un pequeño resumen o algo así...
Pero sólo si lo crees conveniente; yo sólo te lo digo porque quizá yo no sea la única que vuelve a los capítulos anteriores (o lo mismo sí, vete tú a saber).
Espero que no moleste mi petición, y si no lo crees conveniente yo seguiré con mi método, que no me molesta en absoluto :D
Un besazo

Pluma de fuego dijo...

jajaja, vale, vale, de acuerdo queda apuntado... ya veremos como lo hago, pero me lo apunto. Gracias

Noelia dijo...

Hola Pluma me encantó tu historia!!
Me gusta la parte que describe lo que siente es muy real y tan dulce felicidades!!!
Y quería comentarte algo: Me pierdo un poco en tu blog, no lo tomes a mal porque te lo digo con la mejor intención, los capis quedan confusos hace unos días pasé para leer algo pero no encontraba el principio de la historia ajajaj y ahora q miré algo nuevo me dije al fin la primera parte!!
otra cosita te parece poner el comentario al final de lo q relatas, porq recién casi te pongo el coment en otro relato jajaj

besos
Noe

Pluma de fuego dijo...

Hola noelia, gracias...
Te explico, arriba de cada capítulo etc... hay un texto leélo, te dirá que en la columna de la derecha encuentras las imagenes con los títulos, al clikarla te lleva a los capítulos.
Y en cuanto a lo del comentario, no puedo hacer nada, jaja, la plantilla es así, lo siento. Y cambiar la plantilla es lioso, tener que poner todo de nuevo, y yo no tengo internet en casa...
Pero muchas gracias por los consejos

Silencios dijo...

Uffffff ...

Esto de las vacaciones hoy es mal invento. .... creo que ando descolocada, debo ir un pelin hacia atrás.

Pero esto no significa que no te felicite ¡¡Cómo no hacerlo!!?? Si eres magnifico, mi niño

Mil besos

Samantha dijo...

Me ha gustado mucho la idea de escribir el diario para un hijo. Sobre todo porque cuando lo lea tiene que ser algo muy especial.

Por cierto, viva los raros!! jeje

Un saludo :)

Pluma de fuego dijo...

Silencios, gracias guapísima, la verdad es que a partir de ahora lo haré de diferente manera, ya veré como, mañana se verá...

Pluma de fuego dijo...

Samantha esa es la intención, al principio cuando comienzas a vivir no se tiene conciencia, y entonces entra en acción el diario, pero bueno todo se irá viendo

SUSURU dijo...

Sinceras felicitaciones por el relato y augurios por el advenimiento del nuevo ser a vuestra vida.

Que significa ser raro?

Ni cumplir con los parametros que exigen en ciertos lugares sociales?

Y para que darle importancia a eso y no buscar aquellos lugares en los cuales somos aceptados tal como somos.
es un imposible?

besos

Leyre dijo...

niiiiño, yo ya no me pierdo porque estoy acostumbrada y me se muy bien las historias cada vez que leo un poquito de una, pero al prinicpio es verdad que cuesta.
Besitos niiiiiiiiiiiño

Pluma de fuego dijo...

Susuru en una sociedad así creo que sí, yo creo que esos lugares te los creas tu, pequeños lugares separados del mundo por una burbuja. Mas que nada porque si no la sociedad no te dejaría hacerlo

Pluma de fuego dijo...

Leyre jeje, ya supongo que al principio al entrar en la historia cuesta, pero no pasa nada, ya lo tengo solucionado